En Sevilla hay 42 desguaces autorizados, en los que las normas de recogida de residuos marcan gran parte del proceso de despiece.
Lugares de culto para aquellas que llevan miles de kilómetros recorridos, los desguaces son esa parte de la automoción que se escapa al entendimiento de muchos noveles de la carretera. Lejos de ser aquellos espacios desbaratados que muchos tenemos en mente, el negocio hoy se rige por el control de residuos y la calidad.
Como apuntan desde la Asociación Andaluza de Desguaces, el objeto de estos centros es «la reutilización de piezas y la valorización de residuos». Si no, no son desguaces. Es más, no deberíamos mal denominarlos desguaces, pues ahora son Centros Autorizados de Tratamiento (CAT) de vehículos al final de su vida útil, como recoge el Real Decreto 20/2017, de 20 de enero.
En Andalucía hay más de 180 desguaces autorizados, de los que 42 se ubican en la provincia de Sevilla, siete de ellos en la capital. Uno de ellos es el Grupo David de Augusto, que cuenta con dos centros (uno en la carretera del aeropuerto San Pablo y otro en la carretera de Utrera), además de una sede en el Polígono Calonge donde distribuye las piezas, donde principalmente vende a través del canal online, explica su gerente, David de Augusto.
Y si no encuentra su pieza en su desguace de referencia, no se preocupe. Los centros integrantes de la Asociación Andaluza de Desguaces pueden solicitar la pieza en cuestión a cualquier otro asociado.
De media, un centro emplea en torno a diez personas, lo que se traduce que en Andalucía trabajan de forma directa en el sector 2.000 personas, a los que habría que sumar otros 6.000 empleos indirectos, según datos de la asociación.
Más información: el correo de Andalucía